Entrevistadas: Dr Juan Almendares
Entrevistadores: Martin Mowforth
Lugar: Tegucigalpa, Honduras
Fecha: 23 Augusto 2010
Tema: Para ser confirmadas.
Palabras claves: Para ser confirmadas.
Notas:
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Dr Juan Almendares (JA): Le voy a decir más o menos las áreas de trabajo, como persona y como organización, porque yo trabajo con organizaciones. Estamos relacionados con el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus Familiares (CPTRT), la página web es www.cptrt.org . En esta materia trabajamos con el tema más difícil de los derechos humanos, que es la tortura, porque generalmente el ejército y la policía no quieren ser acusados.
La otra área que trabajamos es el trabajo comunitario, entonces tenemos el Comité de Acción por la Paz (COAPAZ), en el que tenemos trabajo en 26 comunidades, la mayor parte de las participantes son mujeres de los barrios muy pobres, ese movimiento forma parte del Movimiento Madre Tierra, que es parte de Amigos de la Tierra Internacional.
Por otro lado, tenemos esta clínica que es de servicios humanitarios, no somos asistencialistas, trabajamos con base en organización social. También hemos hecho mucho trabajo en minas, estudios en minas, estudios clínicos y en casos difíciles de desalojo campesino, indígenas y brutalidad policial o militar.
En la parte personal escribimos mucho, sobre ambiente, derechos humanos, historia, política, tenemos una actividad muy intensa.
La cuestión de los derechos humanos la vemos desde la perspectiva humana y político-social. Personalmente yo tengo una posición ideológica antiimperialista, anticapitalista, estamos luchando contra lo que llamo el complejo militar agro-industrial.
Hemos trabajado en áreas de conocimiento y áreas de la práctica. Tenemos trabajo en cárceles, un trabajo bastante fuerte e histórico en las cárceles, porque son infiernos de injusticia, hay equipo, hay materiales, hay toda una serie de cosas producidas. Eso es a través de CPTRT. Es un equipo bastante grande el de CPTRT, como 30 personas a tiempo completo, este es un trabajo institucional, en el cual nosotros tenemos que seguir un mandato institucional, nuestro tema central de trabajo es tortura, atención médica y psicológica, pero también tenemos denuncias, seguimiento de casos, y hay un equipo interdisciplinario: abogados, sociólogos, trabajadores sociales, médicos, psicólogos y comunicadores sociales. Al principio tenía un enfoque médico-psicológico, pero ahora tiene un enfoque comunitario. Es cierto que estamos ubicados acá, pero tenemos un trabajo en comunidades rurales.
Tenemos dos tipos de trabajo: un trabajo que tiene que ver con trabajo con las comunidades más violentas de Tegucigalpa. Estamos en Nueva Suyapa, en donde tenemos un trabajo fuerte en la comunidad, tenemos ya varios años.
Hemos dado servicio al MUCA (Movimiento Unificado Campesino del Aguan), o sea, que hay una proyección social, estuvimos en casi todas las fincas tomadas por el MUCA, el movimiento más difícil, es el movimiento más contestarlo y el problema ahorita fundamental del campesinado y el problema de alto riesgo. De hecho ellos nos nombraron representantes del MUCA ante la Comisión de Verificación, lo hicieron con el Comité de Derechos Humanos.
Estamos también en el Movimiento SARA, que quiere decir Soberanía Alimentaria y Reforma Agraria. Somos parte de ese movimiento, que es un movimiento campesino. Allí está Vía Campesina y están otras organizaciones.
Estamos en la Comisión Política de la Campaña Vamos al Grano, en la que hay varias organizaciones y que están constituyendo la plataforma agraria.
También hemos contribuido a la organización de la plataforma de derechos humanos en Honduras, la plataforma ha promovido la Comisión de la Verdad, hay seis organizaciones y el trabajo es colectivo, no es ninguna organización que lo representa, sino que el conjunto de organizaciones.
En el Centro hemos sido objeto de varios atentados, hemos tenido que pasarnos, cambiarnos de oficina, ahorita estamos en otro lugar, en parte por la lluvia y también porque ha habido amenazas personales.
Tratamos de mantener un bajo perfil y en los informes tratamos de ser lo más objetivos posibles y lo más apegados a la verdad, con el objeto de la responsabilidad ética y para no perder credibilidad institucional. Eso más o menos es CPTRT.
En cuanto al Movimiento Madre Tierra, aquí se organizó en el 2008 la reunión mundial de Amigos de la Tierra en reconocimiento al trabajo que ha hecho el Movimiento Madre Tierra y el tema fue soberanía y cambio climático. Fue en Tegucigalpa. Llevamos 800 delegados a esa reunión y la organización fue totalmente popular, la hicimos en la montaña, en … y tratamos de que todo el protocolo lo hicieran las mujeres de los barrios. Ellas se ganaron un premio internacional por el trabajo.
Hemos trabajado en minería por más de diez años, estamos muy en contacto con el Comité Ambiental del Valle de Siria y estamos también formando parte de la Alianza Cívica sobre la Democracia, que es otra organización que ha protestado en contra de las mineras. Aquí la protesta antiminera ha sido muy fuerte. Ahorita ha cambiado un poco por lo del golpe.
Por otro lado hemos trabajado contra los transgénicos, con la Monsanto, nuestro trabajo es movilizador, es marchas, participación denuncia y también trabajo de investigación. Madre Tierra es bosque, agua, toda esa serie de cosas, es cuestión campesina.
En COAPAZ tenemos … familiares, hay un trabajo social comunitario y en la clínica hacemos medicina alternativa. Yo soy médico, fisiólogo, estudié en la Universidad de California y en la Universidad de Pennsylvania, he sido profesor, he sido rector, decano, varias cosas, entonces estamos muy metidos.
Y ahora con el golpe estamos muy metidos en la resistencia. Tratamos también de tener un perfil bajo, no por ningún problema, porque si fuera de seguridad hemos recibido muchas amenazas, atentados.
Martin Mowforth (MM): ¿Las amenazas han aumentado desde el golpe?
JA: Las amenazas quizás en algunas circunstancias, lo que pasa es que como somos muy conocidos en el país, tenemos muchos nexos internacionales. Pero claro, nos ha pasado, por ejemplo, tuvimos cancelado el teléfono durante cuatro meses, sin teléfono, nos han intervenido todos los sistemas. Por ejemplo ahorita me intervinieron todo el sistema, he perdido todos los contactos, he cambiado el correo, estoy aislado, los teléfonos los tengo intervenidos. Nos cortaron el agua por casi un mes. Y no es cuestión de problema de pago. Nos han hecho algunos disparos, han amenazado a todo el equipo. Bueno, yo le puedo mandar lo que escribo, que son posiciones muy fuertes en contra del ejército y tratamos de promover la resistencia. Pero no estoy en el escenario, porque cuando estoy en el escenario soy un peligro, porque me ven como un ideólogo, pero tratamos de mantener un perfil relativamente bajo.
MM: ¿Cuál es el análisis de la situación actual de la Resistencia y del movimiento para promover una Constituyente?
JA: Yo creo que la Resistencia no hay ninguna duda que es el movimiento político popular más fuerte del país. Lo que pasa es que no ha sido fácil desde abajo, ha habido mucha represión, amenaza y asesinatos. Han asesinado no solo a mucha dirigencia, sino a familiares. Yo por ejemplo no tengo contacto con mi familia, si lo tengo es muy limitado, muy puntual. Hay una situación de mucha tensión. No obstante de eso, la Resistencia tiene mucha fuerza en las comunidades rurales y campesinas.
Yo he estado en todo el proceso de cómo surgió la Resistencia. La Resistencia se formó casi el mismo día del golpe, cuando estábamos frente a las tropas del ejército, bajo esa tensión se constituyó la Resistencia con varias organizaciones. Es un movimiento muy plural, en donde están todos los sectores de la sociedad, es un movimiento que integra dialécticamente el golpe, ayuda a unificar el pueblo, esa es una cosa positiva del golpe. El golpe tiene muchas cosas negativas, pero lo positivo fue que permitió la organización y la unidad del pueblo, y ya no solamente de la izquierda, sino de todos los sectores. Entonces se constituyó la Resistencia como un movimiento plural que tomó la línea de la no violencia.
Allí había gente de todas las tendencias: marxista, liberal, hasta las conservadoras. También surgieron los partidarios del expresidente Zelaya; los movimientos sociales populares; las organizaciones cristianas de base; la LDGT, que es un grupo que se volvió aceptable, porque aquí ha habido una discriminación terrible por los prejuicios influidos por la religión; las feministas en resistencia; los artistas en resistencia; las organizaciones de derechos humanos. Hay toda una confluencia de organizaciones que lograron constituir una especie de frente, un frente que al principio no tenía una condición muy clara, pero que después se fue perfilando. Desde el principio ha habido dirigentes muy buenos, personas muy sencillas que tienen más de un año de caminar en las marchas, las protestas.
En ese proceso se han roto muchos esquemas en el país, por ejemplo, se rompió el esquema de la jerarquía eclesiástica y se demostró que hay corrupción, se mostró el rechazo al cardenal, que es una figura muy representativa de los valores religiosos. Lo mismo ocurrió con la iglesia evangélica, que han sido líderes que han tenido mucha fuerza y armonizadores de la lucha de clases, es decir, la unidad del capital con el trabajo.
Esa situación nos lleva también al rompimiento de la cuestión mediática, los medios han tenido una influencia extraordinaria en un pueblo no educado. Pero viene el golpe y el pueblo se da cuenta quienes están a su lado y quienes están en contra, porque en todo ese proceso se fue viendo que la oligarquía es brutal, la alianza de la oligarquía y la iglesia, la alianza de la oligarquía con los militares. Todo eso fue constituyendo una unidad de la gente.
Al principio hubo bastante emoción. Fuimos opositores del presidente Zelaya, porque yo estuve de candidato a la presidencia por la izquierda. En ese momento no pensábamos que Zelaya pudiera llegar a tener posiciones muy progresistas, teníamos diferencias, pero con el proceso nos dispusimos al golpe. La Resistencia me nombró delegado para ir al Departamento de Estado, dialogar y tuvimos una gira de condena al golpe en setiembre.
Uno dice: ¿Cuál es el principio ideológico de la Resistencia?, ¿cuál es la estrategia de la Resistencia?, ¿cuál es el futuro de la Resistencia?, ¿cómo se va a constituir la Asamblea Nacional Constituyente?
Al principio solamente se ve la brutalidad policial, la utilización del terror, la tortura masiva. Nuestros datos revelan que antes del golpe había alrededor de 3 torturados por mes, pero inmediatamente después del golpe había 119 torturados. Estoy diciendo solo datos nuestros, porque estos están certificados médicamente, psicológicamente, se basan en el Protocolo de Estambul, es decir, hablamos muy rigurosamente de los problemas. Incluso, hubo torturas en el estacionamiento del Congreso, en los batallones, en varios lados.
Lo que quiero decir es que la Resistencia se fue constituyendo como respuesta de un pueblo, no solamente en una crisis política, sino que en una crisis social. No solamente a una diferencia de ideas políticas tradicionales, sino que la Resistencia vino a formarse como una expresión que es el resultado de un gran vacío ideológico político que genera la falta de credibilidad en una iglesia, en los medios, en el ejército, en la policía, en las estructuras. Ese vacío lo viene a llenar la Resistencia.
La Resistencia tiene primero mayor expresión en las metrópolis de Honduras, en San Pedro Sula, en algunos lugares de la costa, en Tegucigalpa, pero no tiene una cuestión puramente orgánica, pero posteriormente se va fortaleciendo la organicidad de la Resistencia, sobre todo en los barrios. Cuando nos reprimían en las calles de Tegucigalpa, la Resistencia organiza las manifestaciones en los barrios, pese a las acciones de la policía. Es muy difícil para el ejército controlar todos los barrios. Entonces hay una mezcla en cuanto a los valores tradicionales de un pueblo que no está tan politizado, por ejemplo como el pueblo de Nicaragua o El Salvador, pero es un pueblo que ha sido estigmatizado como cobarde, o de una falta de valoración aún de la misma izquierda, del contenido y el potencial del pueblo. Es un pueblo muy valiente. Quizás la Resistencia es ahorita el movimiento más fuerte de América Latina. Estamos hablando en términos relativos, pero este movimiento ha logrado mover a un millón de personas.
MM: ¿Cuáles son las posibilidades de cambiar la Constitución?
JA: Ahí tiene que ver todo el proceso. Primero, es un proceso negado por el aparato político militar, radicalmente opuesto y se supone que esa es una de las razones por la cual sacan a Zelaya. Jurídicamente, mediáticamente, religiosamente crean todo un filtro en contra de la Asamblea Nacional Constituyente.
Ahora, ¿qué posibilidades existen? En este momento el coordinador afuera de la Resistencia es el presidente Zelaya, el espíritu en la dirigencia es la Asamblea Nacional Constituyente.
Yo creo que nosotros llenamos un vacío ideológico en el pueblo, pero no lo llenamos con una ideología, es un proceso que toma tiempo, recursos, capacitación, hay un sentimiento antiimperialista, anticapitalista, pero no hay un desarrollo, una formación política. Nos hace falta llenar ese vacío, aunque hay dirigencia con formación. La gente espera una orientación ideológica y política, lo cual en cierta manera se está haciendo, pero tal vez no con la celeridad del caso por falta de recursos. Tenemos una conducción que se ha sacrificado, ha tenido abnegación respeto y dedicación, pero necesitamos eso.
La otra cosa es que estamos hablando para la movilización, de ahí surge el debate de si la Resistencia debe ser un partido político o si la Resistencia debe ser un frente amplio. La otra pregunta es si la Resistencia es un frente de masas, desde luego no fascista, sino antiimperialista, anticapitalista, todavía no lo somos.
No estoy hablando a nombre de la Resistencia, sino a título personal.
Necesitamos construir ese frente de masas porque hay una cuestión muy importante, que son las relaciones materiales con la vida. Yo creo que la cuestión material no está separada de la espiritualidad. Esa conexión con la vida, de lo material, lo cultural, lo espiritual nos hace falta consolidarlo. Esto quiere decir que nos hace falta llenar el vacío que había dejado la iglesia en todos estos sectores, porque primero me parece que hay una fase emotiva de simpatía, lo que podemos llamar una luna de miel, pero después hay que hacer acciones concretas con las cuales la Resistencia haga cambios y transformaciones que el pueblo las vea. Por ejemplo, que en sus planteamientos obligue al sistema a cambiar algunas cosas, a satisfacer algunas necesidades concretas del pueblo. Eso me parece a mí que es fundamental en el proceso de construcción. Por ejemplo, tenemos el problema agrario, que es un problema fundamental en el país, toda la injusticia campesina, entonces la Resistencia puede apoyar el planteamiento de las organizaciones campesinas que están surgiendo por una transformación agraria y eso lo puede hacer en la Asamblea Nacional Constituyente. Este es un mecanismo, no lo vemos como un mecanismo legal, sino que lo vemos como parte de un proceso en el cual el pueblo toma el poder, es decir, el pueblo decide no solamente para construir una Constitución, sino para transformarla. Este es un punto fundamental.
Me parece que en este momento tenemos todas las políticas destructivas, depredadoras, que está emergiendo la prioridad de lo privado sobre lo público, entonces es necesario tener en frente a la Resistencia para que retome todos estos planteamientos y los lleve al pueblo y vaya planteando situaciones de cambio. Eso nos falta.
El planteamiento por la Asamblea es una de las prioridades de la Resistencia, pero eso requiere mucho trabajo, incluso teórico, filosófico, político, ideológico, para construir la transformación de la Constitución de un sistema. La gente no ha perdido el entusiasmo con la Resistencia. Sí necesitamos construir para poder llegar, se está trabajando en eso pero nos hace falta. Recuerde que somos un país ocupado militarmente por Estados Unidos, toda la dinámica de la contrainsurgencia acá es muy fuerte, el ejército está asesorado. Todos los aparatos ideológicos del Estado y los aparatos internacionales están tratando de presentar un escenario de Honduras como un país en donde hay una democracia, donde hay diálogo, pero por otro lado, se está reprimiendo. En ese sentido, la educación es fundamental, estoy hablando de la educación liberadora, no simplemente la educación formal. También es muy importante compartir las experiencias, la solidaridad.
Entonces, las posibilidades de una Constituyente hay que verlas en la dinámica, porque al Gobierno pudiera ser que le interesara la Constituyente, porque es una necesidad sentida en el pueblo, pero ellos están pensando en la Constituyente pero no para cambiar la representatividad del poder, sino como una demanda popular. Nosotros la estamos pensando para cambiar todo el sistema, para generar un proceso de cambio en el país. Entonces las posibilidades son difíciles, pero no están abandonadas, es una de las prioridades de la Resistencia.
MM: A largo plazo, ¿es factible para la Resistencia formar parte de las próximas elecciones?
JA: Ahí hay criterios bastante diferentes, no hay una posición única de la Resistencia. Yo le voy a dar mis puntos de vista. Creo que la Resistencia no debe convertirse en un partido político electoral porque eso sería debilitar la Resistencia. La derecha quiere que la Resistencia se convierta en un partido político electoral y que participe en las elecciones. En ese sentido, están motivando a los sectores para que participen en las elecciones. Nosotros debemos reconocer que históricamente Honduras fue un país que no tuvo elecciones durante 18 años, en los 80 comenzaron a ocurrir las elecciones y hay un entusiasmo casi cultural por las elecciones. Pero la Resistencia podría perder sus grandes objetivos si se centra en un partido político electoral.
Desde luego, la Resistencia tiene que pensar como fuerza política, tiene que trazarse objetivos estratégicos, tácticos, con el objeto de producir unos cambios, con el objeto de solidarizarse con los pueblos de América Latina, pero tiene que tener objetivos que van más allá de un partido político.
Por otro lado, las elecciones dividen, crean aspiraciones individuales, un liderazgo ficticio. Yo soy de los que creo que en realidad el pueblo debe ser conductor de la Resistencia, más que un dirigente. La idea es que haya una dirección colectiva, no una dirección tradicional. Ahora, que la Resistencia pueda apoyar una fuerza política en un proceso electoral, es otra cosa. No estamos negando de que exista esa posibilidad y creo que no debe abandonar ninguna posibilidad, ningún espacio en el campo político. La Resistencia podría, desde luego mediante una discusión, apoyar una fuerza política que vaya a competir en las elecciones, pero sus objetivos deben ir más allá de las elecciones, porque las elecciones históricamente en este país han dado lugar a mucha deformación, corrupción y una serie de cosas.
Entonces, ¿cuál sería la otra característica de la Resistencia? Bueno, podría ser una fuerza política que en este momento se concentre en la Asamblea Nacional Constituyente, y que a través de esta pueda convertirse en otras características de una fuerza política. En ese sentido, puede ser un frente amplio, puede ser un frente patriótico, una fuerza transformadora de la sociedad, claro, tiene que plantearse la toma del poder, eso es lógico, pero falta mucho por ver.
En la Resistencia hay muchas fuerzas políticas que incluso han participado en las elecciones y son muy buenos compañeros. Yo soy partidario de la unidad, sin excluir a ninguna fuerza, los pueblos indígenas, los pueblos negros, los partidos que tradicionalmente han estado pero que son parte de la Resistencia, en la unificación democrática. No estoy ahorita metido en ningún sector partidario, sino que estamos metidos en construir una Resistencia que tenga una dirección colectiva y no ocultamos nuestra simpatía con los pueblos en liberación en América Latina, somos solidarios con Cuba, con el pueblo de Venezuela, Ecuador, todo el proceso de Bolivia, tenemos que cuidar mucho el proceso boliviano que tiene una gran riqueza filosófica.
MM: ¿Puede ponerme al día sobre lo que está pasando en el valle del Aguán?
JA: En el valle del Aguán hay que entender que allí ha habido un proceso histórico de la tierra. Ahí se fundó una empresa asociativa campesina, de las primeras, que se llamó Empresa Asociativa de Isletas, que fue una empresa colectiva, pero que fue una empresa bastante golpeada, porque obligaron a los campesinos a vender sus tierras. Entonces la derecha obliga esa posición de los campesinos. Ellos han creado toda la situación de terror, hubo una intervención militar, asesinatos de campesinos, toda una serie de cosas en esa época.
Pero en esa zona quedaron grupos de campesinos y también con la migración, hay algunos dirigentes que habían emigrado del campo a la ciudad con la esperanza de tener una organización, entonces hay un período en el que se venden las tierras de los campesinos y las compra Facusse por un precio, como dicen acá “de gallo muerto”, es decir, muy barato, y él se apodera también de algunas tierras del Estado y las cultiva de palma africana. Claro que ecológicamente nosotros estamos en contra de los agrocombustibles. Ahora, lo que debemos preguntarnos es cómo surge un movimiento campesino que agarra fuerza durante el período del golpe, tiene que ser gente muy valiente y muy estratega para plantear una situación concreta en la cual ellos recuperan tierra.
Hay un grupo, Guadalupe Carney, que es un grupo histórico, que tiene años de estar cerca del Aguán, ellos están en varios lugares, y está el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), que son varias organizaciones, sectores, familias, que se organizaron para luchar por la tierra, para sobrevivir o morir. Ese movimiento alcanza su clímax durante el golpe de Estado. Ahí se crea toda una situación de tensión. Esa zona está cerca de Nicaragua y del Caribe. Era una zona de experimentación militar. Es una zona muy militarizada, antes hubo un batallón. Ahora está cerca una base militar norteamericana. En medio de todo eso se desarrolla el MUCA, que tiene como objetivo ocupar tierras de Miguel Facusse, René Morales y Reinaldo Canales, que son los grandes terratenientes, con miles de millones de dólares. Además, el cultivo de agrocombustibles lo desarrolla el Banco Mundial, por recomendación de la Embajada, es un proyecto que no es originalmente campesino, pero lo que no debemos de tomar en cuenta es que los campesinos han ocupado tierras cultivadas con palma africana, ese es el punto central, ellos no conocen nada de palma africana, pero ocuparon relativamente grandes extensiones de tierra.
Ante esa producción de palma africana, ellos tienen dos situaciones: no comprarla, pero entonces no procesan palma, no procesan en una cantidad suficiente, entonces Facusse ha creado su propio ejército. Tenemos que ver que aquí el ejército privado es fuerte, estamos hablando de más de 60 mil hombres armados, más que el ejército de Honduras. No el que tienen en el Aguán, sino todas las fuerzas privadas que tienen en el país llegan a esa cifra. Hay sicarios, es una situación de mucha tensión. No es solo Facusse, me refiero a toda la guardia privada en el país. Aquí uno está vigilado por el ejército, por el Pentágono, por los guardias privados y por lo sicarios.
Entonces allí ese conflicto se desarrolla y el peligro es tal que se puede desarrollar una guerra civil, ha habido muchos muertos. Ellos logran decirle al Gobierno: Nosotros no vamos a dejarlos entrar aquí, llegan a una negociación, firman un convenio en el que les tienen que entregar tierras, demandan salud, educación y vivienda, porque es una zona abandonada, esa gente vive en casas de plástico, tienen un alto riesgo, son zonas inundables. Son grupos a veces heterogéneos, con historia de lucha, tienen una gran fortaleza.
Luego se dan contradicciones en ese sistema, porque la oligarquía terrateniente es radicalmente fuerte. El Gobierno es de derecha y estuvo participando, pero las fuerzas que están ahí son aún más radicales que el Gobierno. Entonces estas fuerzas no quieren que los campesinos se instalen; sin embargo, ellos han ganado un espacio político muy grande, pero la amenaza, la matanza del ejército está ahí. Nosotros vamos a esas colonias y tenemos mucha tensión, porque hemos aceptado una misión extremadamente delicada, que es precisamente luchar contra la ultraderecha.
Falta que ver qué pasa, todavía el conflicto no está solucionado, los problemas de tierras siguen, la tierra todavía no ha sido completamente entregada a los campesinos. Pero ese es un apéndice del problema campesino, el problema campesino va más allá del MUCA, está la comunidad Guadalupe Carney que ha sido golpeada, están los campesinos de las otras zonas del país, no hay reforma agraria. Aquí imperó la ley de modernización agrícola que destruyó la reforma agraria. Eso es parte de la modernidad, del capitalismo.
Tengo como unos 15 artículos sobre el problema campesino.
FIN