Iduvina Hernandez

Entrevistadas: Iduvina Hernández, Director of the Association for the Study and Promotion of Security in Democracy
Entrevistadores: Martin Mowforth and Alice Klien
Lugar: Guatemala City, Guatemala
Fecha: 27 Julio 2009
Tema: Para ser confirmadas.
Palabras claves: Para ser confirmadas.
Notas:

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Alice Klien (AK): ¿Porqué hay muchas violaciones de los derechos humanos en Guatemala y porqué no se pueden castigar?

Iduvina Hernández (IH): Esa pregunta tiene dos tipos de respuestas. Suceden estas cosas al día de hoy, después de 12 años de haber firmado los Acuerdos de Paz, por la impunidad, que es una impunidad de carácter estructural en Guatemala. Hubo la firma de Acuerdos de Paz que plantearon, por ejemplo, en el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil, una serie de cambios en el sistema de seguridad que había sido señalado particularmente el ejército como el principal actor en la comisión de violaciones a derechos humanos durante el conflicto armado. También se acordó crear una comisión de esclarecimiento histórico, una comisión que en el acuerdo formado tenía algunas limitaciones, porque la comisión no podía identificar con su nombre a los responsables, la palabra que usaron es que no se puede individualizar responsabilidad, podía decir que el Estado cometió violaciones contra los derechos humanos, el ejército fue responsable de, pero no podía decir el general tal que ordenó tal plan, que ordenó tal cosa, que fue ejecutada por este coronel, con este capitán, con estos soldados, en este lugar, tal o cual día. Los comisionados fueron muy inteligentes en como usaron su mandato, porque lo que hicieron fue que identificaron hasta el último detalle el lugar en que se llevó a cabo la violación, la unidad responsable de llevar a cabo la acción y a las víctimas. Este informe tuvo un respaldo muy positivo que es el que elaboró la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado con monseñor Juan Gerardi a la cabeza que identificó con nombres y apellidos a muchos de los responsables. Otro auxiliar muy importante fueron unos documentos que entregó National Security Archive, que es una ONG estadounidense, que se llamaba lo que dicen los archivos secretos de Estados Unidos sobre el ejército de Guatemala, allí hay nombres de oficiales y de unidades con los años en que estuvieron en algunos sitios. No es totalmente completo, porque para quienes hemos profundizado en la investigación nos damos cuenta que nos faltan, que hay algunos oficiales que de alguna manera los servicios secretos de Estados Unidos protegen su biografía, porque no aparecen los detalles de las misiones que tuvieron en Guatemala. Entonces es difícil empatar uno a uno, pero ha sido un buen auxiliar. Todo esto de ayuda externa, porque no hubo una convicción de perseguir a los violadores de derechos humanos durante el conflicto armado, de iniciar un proceso judicial y de dar una lección a futuro de que las violaciones no iban a ser toleradas. Desde el momento en que se amaña el espíritu de los Acuerdos de Paz, y esto que voy a decir lo he dicho en otros lugares, no tengo ningún inconveniente en volver a decirlo, con cierto nivel de complicidad de la propia oficina de Naciones Unidas que debió haber verificado, de aceptar por buenas conductas que no correspondían a una disposición plena de superar las violaciones a derechos humanos, resulta que la persona que es asignada como verificador del cumplimiento de los Acuerdos es el señor Jean Arnaud, que también fue el mediador de Naciones Unidas durante el cumplimiento de los Acuerdos. Al final era una especie de juez y parte, porque estaba pendiente de verificar acuerdos que él había ayudado a construir con el proceso de mediación, entonces fue bastante permisivo en fallas por parte de los aparatos del Estado, especialmente del ejército. El ejército de Guatemala finalmente encontró mecanismos para evadir el cumplimiento pleno de los Acuerdos de Paz en materia de corregir las conductas que le habían llevado a permitir ser la institución más criminal que puede existir en Guatemala y en buena parte del territorio del continente latinoamericano.

Eso persiste hasta el día de hoy, a excepción de Lima, padre e hijo, que guardan prisión por el asesinato del obispo Juan Gerardi, ningún militar de alto rango de Guatemala guarda en este momento prisión con sentencia firme por haber cometido un acto de violación a derechos humanos contra la población, ni un general, ni un coronel, ni un solo acusado de genocidio, de desaparición forzada, de toda esta política que construyó un sistema perverso de terror y de barbarie en nuestro territorio. En esa medida, es un ejército que se considera victorioso, y si se considera victorioso y la sociedad acepta con él que lo que hizo estuvo bien, esa conducta, sustentada en una conducta de tolerancia a la impunidad, permite que el guatemalteco no se indigne con las violaciones a derechos humanos, con la cantidad de vidas humanas que se pierden día con día, no se indigna con que una mujer es maltratada, con que un grupo de jueces decide entregar y alterar documentos para entregar en adopción de manera ilegal a tres niñas y que haya que llevar a cabo una huelga de hambre para que entre en sensibilidad mínima. Pero matan pilotos, matan niños, matan jóvenes, la gente carece de los recursos básicos y a la sociedad no le indigna, hemos perdido la capacidad de indignación porque hemos desarrollado un alto nivel de tolerancia estructural porque funciona en el sistema de justicia con jueves, en el Ministerio Público con los fiscales, abogados, especializados en desarrollar mecanismo de impunidad para delitos de alta acción contra la población guatemalteca.

Y esas estructuras que funcionaron durante el conflicto armado supuestamente para perseguir a insurrectos, pero que iban mucho más allá de eso, porque a los mismos insurrectos se les persiguió de manera violenta anulando las propias leyes del país, no fueron desmanteladas, la gente que cometió crímenes en esos espacios no fue procesada, evolucionó de no solo presión y edad, sino también en capacidades, está involucrada también en actos criminales, y continúan al día de hoy siendo estructuras poderosas. En ese sentido, existe y pervive en Guatemala un esquema de violaciones a los derechos humanos, porque hay un sistema de impunidad estructural que se sustenta en la falta de cumplimiento del espíritu y de la esencia de los Acuerdos de Paz firmados en 1996.

AK: En su opinión, ¿cuáles son las causas del femicidio?

IH: Hay dos términos: femicidio y feminicidio. No soy técnica en el tema porque no soy militante del movimiento feminista en donde se da el debate de si es femicidio o feminicidio. Pero puedo hablar de los asesinatos a mujeres y de la forma cada vez más violenta en que estos se producen.

Quiero decir que descansan mucho en los elementos que planteamos en la respuesta anterior, pero que también se alimentan de la existencia en el ámbito cultural de las raíces del carácter excluyente del Estado guatemalteco. Este es un Estado excluyente y expulsivo en materia económica y social, los que menos tienen son los más maltratados. En materia de género, las mujeres en el ámbito de la conducta del Estado y de la sociedad son también las personas más desprotegidas legalmente en todos los ámbitos y más desprotegidas en el uso y reivindicación de sus derechos y en la cultura de la sociedad. La mujer es vista como una máquina para tener hijos o como un objeto para provocar deseos o en ciertos estratos sociales, si es una mujer que además, y aquí viene el otro factor de exclusión, que es el carácter de origen étnico, las y los indígenas de Guatemala son la población mayoritaria, pero al mismo tiempo la población más excluida. Entonces, si la razón se duplica en el sentido de que además de ser mujer se es indígena, hay una doble razón de discriminación, que las hace además ser identificadas como sujetas de prestar servicios de servidumbre en las casas de las personas de mayores recursos económicos, casi en un sistema de esclavitud.

En Guatemala un buen número de familias tiene la posibilidad de pagar a una persona mujer, generalmente indígena, y muchas veces muy joven, menor de edad, para que le preste servicio doméstico permanentemente con horarios desde 6 de la semana a 10 de la noche, sin descanso, responsables de todo, desde barrer, trapear, lavar la ropa, cocinar, atender el mercado, hacer miles de cosas, un sistema de esclavitud, cuya cultura de reproducción es heredada a través de las familias.

Esta actitud de ver a la mujer como objeto de reproducción, como objeto de deseo y como objeto de servidumbre, construye los elementos que los propios medios de comunicación también reproducen.

Y entonces resulta que si la joven que es ejecutada en una colonia o barrio pobre de Guatemala es joven, el solo hecho de que tuviese un tatuaje, es identificada como integrante de una pandilla o mujer de marero. Y como era mujer de marero, los medios casi le dicen a la gente que se lo merecía porque era mujer de marero. Yo no pretendo que los medios hagan propaganda política o hagan propaganda a favor de los derechos humanos, pero tampoco tienen que hacer propaganda a favor de lo que sucede, en seguir alimentando esos prejuicios, es decir, los medios debieran destacar, en el mismo nivel y en el mismo espacio, hechos como el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, el asesinato de cualquier mujer, de cualquier persona, pero en especial de cualquier mujer. Tenemos en Guatemala un medio de comunicación escrito, en un país analfabeta, que es un boom empresarial en América Latina, que es diario de mayor circulación en América Latina en población per capita, que se llama Nuestro diario, que se dedica a la nota roja con imágenes, porque destaca mucho la fotografía, entonces si el titular es “La encuentran descuartizada”, está alimentando el morbo y está ganando y lucrando con la muerte de personas, en este caso con la muerte de mujeres que es lo que abunda. La discusión en el concepto machista que prevalece en los ámbitos de las autoridades de seguridad y justicia y en otros espacios, como algunos columnistas conservadores es: “… a las mujeres sobre la muerte de mujeres si siempre la proporción entre hombres y mujeres es mucho mayor la muerte de hombres que de las mujeres, de qué se quejan si son menos las que mueren en comparación con los hombres, entonces los hombres deberían alegar que hay hombricidios”, porqué las mujeres alegan que hay femicidio o feminicidio; la lucha de las mujeres por poner al orden del día la situación de asesinatos violentos es cuestionada y condenada por las voces masculinas de los medios de comunicación y de las autoridades.

Pero hay varios factores que plantean la construcción de los términos: uno es el hecho de la brutalidad con que son asesinadas, generalmente los hombres son asesinados a balazos, en cambio las mujeres un 90% de los casos hay ataque sexual violento, hay mutilación, muchas veces de los senos y de extremidades, aparte de evidencia de otro tipo de maltrato previo al asesinato, entonces hay un ensañamiento contra la expresión femenina de la persona, y además, suele haber aparte de esto una vinculación en un buen número de casos de la pareja conviviente de la mujer, lo que implica una existencia de expresión extrema de la violencia intrafamiliar. Estos son los factores, no el número de mujeres como tales, porque sean más que hombres, lo que construye este concepto, y porque, numéricamente, desde el punto de vista de cuantos casos se reportan, ha habido un incremento impresionante de más del 500%, o sea, de de 100, 200, a 500, 700 o más en un solo año. Entonces es un número que se dispara de manera impresionante lo que alerta sobre la necesidad de que esto se documente. Si lo tuviéramos que comparar con el caso mundial que dio la alerta sobre esta situación contra las mujeres que es el de las muertas de Juárez, en Guatemala es superior el número en el mismo período con una población relativamente menor que la de México o desde el punto de vista de la ciudad de Guatemala en comparación con la ciudad de Juárez. Entonces, en el marco de esta especie de cimiento de tolerancia, de impunidad, de umbral de tolerancia, de cultura de aceptación de toda acción violenta y de exclusión social, y de calificación  “se lo merecía porque andaba con un marero”, o como en el pasado, que decían que andaba con la guerrilla y por eso los mataron, esa actitud no hemos superado como sociedad y que no hemos sido ni capaces de cuestionarla en el caso de los medios de comunicación, ni capaces de cuestionar en el ámbito educativo, lo que alimenta este tipo de situaciones.

AK: ……

IH:  Entre otras cosas por las razones que planteé anteriormente. Por ejemplo, veíamos y eso es también lo que alimenta la sustentación de la denuncia de estos casos, si la mujer encontrara una persona que tiene algún tatuaje, eso la estigmatiza como miembra de una mara o como miembra de una pandilla o como persona vinculada a, aunque solo se haya tatuado porque le gustaba o porque quería hacerlo. Y con ese argumento la policía dice “era marera”, y entonces es un caso que no vale la pena investigar. Le informan de esto al Ministerio Público y el Ministerio Público valida la decisión de la policía porque tampoco le exige investigar, deja de ser un caso prioritario a investigar. Los jueces tampoco lo llevan a cabo y los medios de comunicación explican apareció un cadáver, etc. y tenía un tatuaje, y tenía un tatuaje es un código social que significa que esa persona era desechable. Hemos construido un imaginario social de aceptar que hay personas desechables en nuestra sociedad, en función de su género, de su relación, de sus características y de su edad, joven.

Martin Mowforth (MM): ¿No hay periódicos que estén presionando estos temas?, por ejemplo, he leído un periódico, …, las primeras tres páginas fueron sobre CICIG, puedo …un mensaje del derecho en su reportaje, pero por lo menos han dado cobertura al problema. Pero ¿no hay otros periódicos que estén cuestionando más o investigando?

IH: No, aquí en Guatemala cuando se habla de periodismo investigativo es El Periódico, que así se llama, que en realidad utiliza a un equipo para sacar evidencias, facilitadas a veces por una fuente interesada contra cierto funcionario, es decir, utiliza el concepto de periodismo investigativo para llevar a cabo campañas contra determinado actor en el Estado cuando les interesa afectar a alguien. Yo soy periodista de profesión, dije que me iba tomar un año sabático y llevo 12 años sabáticos, probablemente nunca regrese a ejercer el periodismo. En el período en el que yo trabajé existía un semanario, revista Crónica, que probablemente no fue lo mejor que ha tenido Guatemala o lo mejor que puede haber en periodismo, pero en su momento tenía una actitud diferente, era un medio conservador, su propietario era conservador, pero las y los periodistas que trabajábamos allí teníamos mucha fuerza y logramos incluso en ocasiones detener la publicación de ciertos reportajes o del enfoque de determinados reportajes con los argumentos que teníamos en la mano como profesionales. Entonces siendo un hombre conservador el dueño y presidente era factible que Crónica fuese un medio fue tan cuestionador que fue desaparecido por el gobierno de Álvaro Arzú, pero después de que paró Crónica no ha habido un medio escrito en Guatemala que tenga una actitud cuestionadora. De los medios tradicionales, que son Prensa Libre, El Periódico, Siglo XXI, La Hora, que circula un poco menos pero que tiene una circulación nacional. Yo diría que La Hora suele ser un poco más cuestionador, con muchas debilidades desde el punto de vista de las calidades profesionales. Fuera de eso te hablan de un reportaje que en realidad se saca en el momento en que se necesita afectar a alguien. Ese reportaje técnicamente lo podemos cuestionar, además fui catedrática de Periodismo, entonces leo de manera crítica los medios, me toco la cabeza cada vez que miro barbaridades casi todos los días. Fuera de eso, medios independientes no existen, a excepción de un censuario que se llama La cuerda, que es feminista, lo produce un colectivo de mujeres feministas, es un medio más abierto, más democrático, obviamente su enfoque es desde la perspectiva feminista, que en mi opinión tiene algunas limitaciones, es para una élite, es para la élite informada del sector feminista de la ciudad capital de Guatemala a la que le llega el periódico por suscripción; las mujeres de La cuerda son grandes activistas y mujeres muy fuertes del feminismo en Guatemala, pero ese medio de comunicación tiene esa limitante. Está también una revista de opinión que se llama La coyuntura, que circula cada 15 días por Internet, que también significa que quien la recibe tiene que tener acceso a Internet, que no es masivo.

Luego la radio, que es el medio masivo, la radio comercial está concentrada en cuatro grupos de familias dueñas de medios de radio; la televisión abierta está concentrada toda en una sola persona y la televisión por cable en tres empresas que a su vez están vinculadas a radios y también a prensa escrita, porque en prensa escrita hay un fenómeno. Prensa libre surge siendo propiedad de cinco familias, entonces tenían las acciones repartidas al 20% cada una, no había entonces socios mayoritarios, conforme van muriendo los primeros dueños, los hijos empiezan a tener una visión de otro tipo empresarial y empiezan a ser vendidas algunas acciones y empiezan algunos socios a tener más que otros, hasta que al día de hoy dos familias son propietarias del 80% de las acciones de todo el holding de empresas, que es Prensa Libre y que no solo es el periódico, sino que tiene muchos espacios más, incluido un canal de televisión por cable, y muy probablemente, alguno de los propietarios del diario La Hora sea la persona que está dando la cara por el nuevo propietario de Siglo XXI, lo compraron hace un mes, entonces cambiaron de dueño. Qué significa esto, prensa, radio y televisión están concentrados en pocas manos y medios independientes no existen, eso es lo que facilita desde el punto de vista de la reproducción de imaginario social conservador en Guatemala. Pasa en Honduras igual, la diferencia es que en Honduras no han sido presidentes de la República los dueños de periódicos, aquí todavía no han llegado, pero tienen algunas aspiraciones.

AK: Hablando sobre CICIG (Comisión contra la impunidad en Guatemala), ha hecho algún cambio?

IH: Yo creo que sí, originalmente, CICIAG, que fue la primer propuesta que empujamos organizaciones de derechos humanos en el año 2000, y que despertó cualquier cantidad ampollas en el conservadurismo a ultranza en Guatemala, fue rechazada, fue el presidente Óscar Berger, quien encontró la escusa perfecta para no insistir en la ratificación que daba vida al acuerdo que daba vida a la CICIG, que tenía más facultades que la CICIAG. Durante el gobierno de Berger se empieza a negociar una nueva comisión que es la CICIG, nosotros decimos, la CICIG es la CICIAG sholca, sholco en Guatemala es a alguien a quien le faltan dientes. CICIG tenía dientes, CICIG es la Ciciag pero sholca, con algunos dientes que le faltan porque las facultades que tiene son muy limitadas.

Creo que el comisionado, al igual que fueron los comisionados para la Comisión de esclarecimiento histórico, ha aprovechado hasta el último punto de su mandato para avanzar en la investigación. Hemos contribuido a apoyar, como organizaciones de la sociedad civil, cambios en autoridades de gobernación y del Ministerio Público, porque la CICIG está obligada a coordinar con la Policía Nacional Civil y con el Ministerio Público, algo que la otra comisión no tenía obligación. Durante más de un año, la CICIG no pudo hacer mayor cosa en el último año de Berger, porque las autoridades de Gobernación, que estaban a cargo de la policía, no daban los pasos suficientes para asegurarle a CICIG contar con investigadores calificados y sobre todo probados en su honestidad. Lo mismo pasaba en el Ministerio Público.

Con el cambio de gobierno, uno de los méritos del gobierno de Álvaro Colom, es que por alguna razón funcionó la presión que estábamos manejando a través de incidencia con altos funcionarios de gobierno y se lograron cambios en Gobernación y en el Ministerio Público, y eso marca radicalmente el cambio de rumbo en el funcionamiento de CICIG. CICIG logra encontrar … en las instituciones locales con las que debe coordinar para que avancen sus procesos de investigación. Yo digo que la CICIG entró sholca pero encontró quien le pusiera una buena prótesis.

Yo diría que lamentablemente por lo que significa, que es la muerte de Rodrigo Rosemberg, le da a la CICIG el respaldo del otro actor, que no es masivo, pero tiene poder, tiene los medios, y ese es el actor que empieza a reclamar, no confía en las autoridades que la CICIG se haga cargo. Eso dice mucho, es decir, ya no es la CICIG el emblema de las organizaciones de derechos humanos, que además la prensa nos haya construido como las que detienen delincuentes. No, la CICIG es el instrumento de la sociedad, creemos que haber logrado construir esa imagen, haber gestado ese grado de confianza es un cambio positivo. Y esperamos que haya una actitud de relativa honestidad de parte de los medios que han empujado esto, de entender que si les cae encima el señalamiento de la CICIG no vaya a ser argumento para luego hacer una campaña contra ella. Entonces, nuestro pleito ahora es asegurar que la CICIG produzca un cambio sostenible, y ese cambio sostenible en nuestra opinión solo se puede dar generando las capacidades locales para cumplir con esa función, de lo contrario, habremos ganado algunos casos, pero no como sociedad, la necesidad de tener la herramienta suficiente para producir un cambio estructural.

AK: En la Prensa Libre hay una entrevista con Carlos Castresana, pero antes hubo un artículo que dice que CICIG no es guatemalteca y entonces no es justo. La gente aquí en Guatemala, las autoridades, dicen que no quieren porque es un organismo externo y por lo tanto no tiene credibilidad.

IH: Es un organismo de Naciones Unidas, viene de afuera, es un actor externo, no es un actor local, no es un ente nacional, no tiene legitimidad ni credibilidad. Eso es parte de los argumentos que hace tiempo utilizaron contra la CICIG, contra la CICIG, contra la Minugua, porque externamente siempre en materia de violación a derechos humanos en Guatemala las autoridades externas han sido muy fuertes en los señalamientos, entonces quienes han sostenido ese sistema de impunidad encuentran en esa imagen externa la forma de rechazo, y en quienes en Guatemala los respaldamos los malos guatemaltecos que nos ponen en mal internacionalmente, que van a hablar mal de Guatemala. Eso lo decían los militares durante el conflicto armado y ahora lo dicen algunos actores que todavía consideran que la presencia de Naciones Unidas vuelve vulnerable la soberanía nacional. Es una expresión muy concreta de una actitud de xenofobia muy fuerte arraigada precisamente en ese tipo de actores, xenofobia selectiva, porque es hacia el actor externo que tiene una posición de cuestionamiento a la exclusión, a la discriminación, a las violaciones de los derechos humanos, porque si viene el ejército de Estados Unidos hay que dejarlo entrar, si viene el FBI, el FBI debería tener oficina aquí, ahí no hay intervención a la soberanía, ahí no hay intromisión a nuestros asuntos internos. Es una xenofobia selectiva, que tiene un origen de clase y una posición ideológica.

Yo estoy impresionada, no sabía que hubiera salido también (el artículo al que hace mención Alice) en Siglo XXI. Eso es un indicador de un empuje muy fuerte de la Oficina de Prensa de CICIG y a veces nos da miedo cuando le dan mucho espacio a CICIG en los medios, porque también puede ser una forma de generar muchísimas expectativas y esperar que lo resuelva todo y cuando CICIG no pueda responder a eso es como echarle toda la basura del mundo.

AK: ¿Cuáles son los peligros para una defensora de los derechos humanos como usted?

IH: En términos generales el hecho de enfrentar permanente una posición conservadora en el ámbito de los medios de comunicación que suelen utilizar el trabajo de defensores y defensoras de los derechos humanos para cuestionar toda lucha nacional o toda lucha social en función del cambio nacional. Estamos bajo la lupa de todo el mundo, y cuando digo de todo el mundo me refiero a los medios, al conservadurismo tan enmarcado de los servicios de inteligencia militar hasta de los servicios fiscales de Guatemala. Somos cuestionados porque trabajamos con fondos de la solidaridad internacional y, sin embargo, prácticamente hemos construido como algo positivo nuestra propia cultura de aportación tributaria, a diferencia de los grandes empresarios de Guatemala, que buscan cualquier forma de evadir o de eludir el pago de impuestos.

Nuestras organizaciones están bajo la lupa de tal tipo de persecución que debemos asegurar tener cubiertas todas las espaldas de todos los ámbitos legales. En materia fiscal, en los últimos años nosotros citados para auditorías fiscales en tres oportunidades, como institución y en mi caso a título personal. En todos he sacado estrellas, en todas hemos salido bien, porque todos nuestros papeles están en orden, pero a cada rato las organizaciones tienen una especie de persecución por esa vía, cuando estamos en un nivel muy fuerte. Por lo menos es pérdida de tiempo porque tienes que asegurarte e ir un día entero mientras te preparas y llegas con todos los documentos.

Si no es eso, los otros riesgos son las amenazas. A nosotros no nos ha tocado, pero hemos visto defensores y defensoras que han perdido la vida, el número de asesinatos se está incrementando en el campo de los defensores y defensoras de los derechos humanos, entonces el riesgo puede llegar hasta la muerte. En nuestro caso, en mayo de este año tuvimos una serie de amenazas. Entre el 2 y el 5 de mayo, seis miembros de nuestro equipo de trabajo recibimos 20 mensajes de texto por teléfono celular que contenían amenazas de muerte y exigían que se entregara la información desclasificada. Información desclasificada es aquella información que ha estado en poder de las fuerzas de seguridad, como sus reportes, etc., que se logra hacer pública, entonces desclasificar es sacar de la clasificación de secreto en que se encontraba. Nuestra organización trabajó en apoyo a la Procuraduría de Derechos Humanos en el año 2003 con la desclasificación de los archivos del desaparecido Estado Mayor presidencial, que era el cuerpo militar que le ofrecía seguridad militar al presidente de la República. Ese cuerpo, por compromiso con los Acuerdos de Paz se eliminó y se creó una instancia civil. Cuando se elimina ese cuerpo toda su documentación debió haber pasado a formar parte de un archivo público, no la hicieron pública, sino que la entregaron al ejército y el Ministro le dio al Procurador la posibilidad de tener acceso a esa información. Nuestra organización trabajó más de un año haciendo fotografías digitales para entregar, entregamos como 800 discos con casi un millón de imágenes que contenían esa información.

Uno de los mensajes de texto insistía en que nosotros entregáramos esa información, pero esa información la tiene el Procurador, no nosotros, nosotros hicimos el trabajo y el Procurador el que todavía no la hecho pública, pero era como un militar que quería que nosotros entregáramos eso o que entregáramos otras informaciones que creían que nosotros teníamos, que no está en nuestro poder.

¿Qué información tenemos? Información desclasifica que ya es de conocimiento público, porque tenemos un acuerdo con el National Security Archive de Estados Unidos, lo que ellos desclasifican de agencias de seguridad de Estados Unidos nosotros lo tenemos y lo ponemos a disposición del público y hemos dado capacitación, sobre todo a organizaciones que impulsan procesos por genocidio, a bogados que trabajan en derechos humanos. Les hemos capacitado en cómo se puede utilizar esta documentación para empujar procesos judiciales, qué tipo de información hay, dónde la pueden encontrar y qué pasos tienen que dar para que cuando llegue un caso de derechos humanos un juez acepte como prueba válida ese tipo de documentos. Eso lo hemos hecho como organización, entonces entendemos que podría venir por eso lado ese tipo de amenazas.

Hace dos años entraron a mi casa y abrieron el vehículo de la oficina, que estaba en mi casa, y lo dejaron abierto y no se robaron nada. Como organización es ese tipo acción el que hemos recibido. Hay otras que han recibido allanamientos a sus oficinas, se han llevado documentación, han destruido las oficinas, en otras han secuestrado temporalmente a los compañeros, los han golpeado, y en los casos extremos los han asesinado. Por ejemplo, hace poco jóvenes que fueron integrantes de pandillas, que decidieron integrarse a organizaciones que trabajan por la reinserción de estos jóvenes, que hacen teatro, que hacen cultura, mataron a seis de ellos de una misma organización, los asesinaron. Entonces, el extremo a que puede llegarse en la muerte. Hasta ahora, con los diez años que tenemos de funcionar, lo que hemos recibido es esto, amenazas, hostigamiento que afecta emocionalmente, que impacta, disminuye, uno tiene que concentrarse en la protección y hay que invertir en apoyo psico-social. Si somos 14 personas en el equipo y seis teníamos amenazas durante cinco días eso tenía un impacto en el rendimiento, en la calidad, en que la gente a veces piensa qué le va a pasar a mi familia, mejor me voy de aquí, ya tienes que empezar a formar a otro, porque el trabajo que hacemos tiene tal especialización, que no encuentras gente formada en la calle, entonces tienes que empezar a formar en el proceso de trabajo.

AK: Hablando de impunidad, ¿porqué algunos de los exmilitares están trabajando con la policía y el gobierno?

IH: De hecho, hasta setiembre del año pasado, el presidente Álvaro Colom sostuvo como su propio guardaespaldas a un exmilitar. El presidente Alfonso Portillo tuve como Jefe del Estado Mayor a un militar que está siendo procesado por corrupción, el general retirado Otto Pérez Molina es secretario general del Partido Patriota, durante el gobierno de Óscar Berger trabajó durante un período como Comisionado Nacional de Seguridad y como le convenía hacer más campaña política regresó al Congreso como diputado, compitió como candidato a la presidencia pero perdió. Entonces es el secretario general de un partido político que hace mucha oposición en el Congreso.

En el Congreso, empezando por Efraín Ríos Montt, que está acusado de ser uno de los principales genocidas, que es diputado del Congreso de la República, y junto a él en distintos partidos hay aproximadamente seis o siete exmilitares.

Otro militar, que es el coronel Otto Noa, está al frente de la empresa Santo Tomás de Castilla, en el puerto del Caribe guatemalteco, que es uno de los lugares en donde se sospecha ingresa de manera estructurada la mayor cantidad de contrabando en Guatemala, de todo, vehículos, drogas, ellos son muy diversos en su comercio.

Y yo diría en varias posiciones, en distintas instancias del Estado, que no son tan visibles, pero que están en posiciones clave, que sostienen la estructura de impunidad.

MM: No quiero ponerla en una posición difícil, pero ¿qué cree de Álvaro Colom y sus posibilidades de cambiar la estructura de la sociedad guatemalteca?

IH: Yo no creo que Álvaro Colom se hubiera propuesto llevar a cabo un cambio que implicara una transformación estructural. Creo que ha sido hasta ahora un hombre aparentemente bien intencionado, pero es un hombre bien intencionado sin un partido político capaz de ayudarlo a empujar mínimamente sus buenas intenciones. Y como en Guatemala hay un fenómeno que se da a distintos niveles, en los políticos, en las propias organizaciones sociales. Yo conozco organizaciones colegas, con las que tenemos serias diferencias por su manera de relacionarse con el poder, que aceptan desde un mal entendido pragmatismo político, ceder cualquier cosa en aras de lograr un poquito. Nosotros creemos que la negociación es importante, y uno puede negociar ciertas cosas en aras de buscar otras, pero no necesariamente negociar cuestiones de principios o negociar tanto cuestiones de principios que terminas no sabiendo en donde estabas parado. Yo creo que eso le sucedió al presidente de la República. Él en aras de llegar a la presidencia, pensando que con estar en la presidencia iba a poder hacerlo todo, permitió que entrara cualquier clase de gente en su partido y llegar al Congreso y aceptó cualquier tipo de apoyo financiero para la campaña. Al final, quedó atrapado entre esas redes y no en las redes de apoyo social que había intentado conseguir.

Entonces, algunos cambios pueden ser positivos, pero no son cambios de índole estructural, lo estructural en este país yo empiezo a dudar si puede ser cambiado en el corto plazo de manera fácil por la vía política. Creo que hay necesidad de un trabajo sostenido de mucho tiempo, de construcción de una alternativa política que ahorita no hay para el gran conglomerado de la población guatemalteca. Yo cuestioné muchísimo el planteamiento de doña Rigoberta Menchú en la elección pasada, pues salió con el capital oligarca cafetalero, que fue el principal impulsor de las leyes más retrógradas de contenido racista en Guatemala, y probablemente eso explica que sin que haya habido un movimiento claro público fuerte, que mucha de la población maya no haya votado por ella y haya votado por Álvaro Colom.

Creo que en una acción autocrítica muy sólida ella entendió el mensaje, muy probablemente está intentando construir un nuevo proyecto. No se cuán fácil le vaya a ser, porque perdió una oportunidad muy valiosa, pero tal vez ella podría tener esa capacidad a futuro o alguien dentro del movimiento maya lograse generar una base sólida. En este momento, siendo una persona que viene de la izquierda, no encuentro una alternativa posible dentro de la izquierda ni con capacidad de construir esa alternativa. Creo entonces aunque no represente un planteamiento ideológico sólido de izquierda, quizás una propuesta que venga desde las bases del pueblo maya en Guatemala logre desarrollar algunas acciones de cambio estructural que no se van a dar en el corto plazo. Y eso va a significar, cualquiera que llegue, un enfrentamiento con la expresión de la oligarquía, que sigue siendo poderosa y sigue siendo la dueña de este país, en mi opinión, en buena parte ya aliada con capital mafioso.

MM: Yo estaba preguntando porque recuerdo la esperanza que se asocia con la elección de Álvaro Colom, pero también la realidad es que las cosas que enfrentaron fueron estructurales, porque los cambios no iban a ser en el corto plazo.

IH: Creo que él está creando cosas que pueden ayudar hacia futuro, estos programas que tiene, que tienen un sentido subsidiario, es cierto, pero es gente que no tuviera ni siquiera eso no tendría para comer al día a día. El que la gente tenga que dejar de preocuparse por conseguir la comida de la cotidianidad, y además, que lo haga asegurando que sus hijas y sus hijos estén yendo a la escuela, porque muchas de las transferencias están condicionadas al envío de niñas y niños a la escuela, eso está generando una relación diferente de ese actor social con su propio Estado, creando mínimas condiciones de empoderamiento y de ciudadanía. Eso no va a dar resultados ni siquiera para este gobierno, pero creo que va a venir un poco más adelante.

AK: Y Rigoberta Menchú ¿tiene alguna esperanza?

IH: Creo que si ella logra asimilar de manera autocrítica su planteamiento, busca una alianza muy amplia, no en el capital, sino en otros actores, podría ser la figura que convenciera con un trabajo de base. Lo que pasa es que las campañas se vuelven tan millonarias en Guatemala, que la gente cree que si no tiene millones, entonces, pero yo creo que todavía hay posibilidades de conquistar bases sociales que se comprometan en un trabajo de …, fuerte, constante, pero como única posibilidad de cambio y de compromiso.

MM: ¿Trabajan también con Casa Alianza?

IH: No, tuvimos relación en algunos momentos, coordinamos con ellos algunas actividades hace varios años, sobre todo cuando empezó la ejecución de niños y niñas estigmatizados, que eran los que tenían tatuajes. Casa Alianza fue para nosotros un aliado importante, cuando se hizo esa investigación. Esa fue la relación que logramos tener con ellos. Fue muy doloroso para nosotros saber que habían … al jefe de la oficina.

FIN